lunes, 7 de septiembre de 2009

PULIDORAS DE POMAIRE

Martes, primero de septiembre, 14 horas, y el movimiento en Pomaire es constante, al igual que las manos de Lorena al pulir las fuentes de greda que tan famoso han hecho a este lugar, desde los ocho años que vengo realizando este trabajo nos cuenta y queda en evidencia por la facilidad y rapidez con que se desenvuelve, mientras nos conversa sigue puliendo en el taller que arrienda junto a dos de sus hermanos y en el cual han trabajado toda su vida. Entra gente, mira, pregunta y a veces compra, otras veces regatean los precios, cuando salen, Lorena se queja y lanza, la gente viene y nos pide rebajar los precios y no se dan cuenta de todo el trabajo que involucra, no se valora el tiempo que le dedicamos a esto, su hermano mientras esta en el torno complementa diciendo, la gente viene y ve el trabajo final solamente, pero detrás de eso hay muchas cosas mas, todo lo reducen a una cuestión de plata.

A ambos les molesta esa visión que tiene el afuerino, el que no este a diario con sus manos llenas de greda, sea invierno o verano, día o noche, llueva o no, se sienten pasados a llevar, aunque Lorena nos dice que siempre le ha gustado trabajar en el taller, me sirve como terapia, pienso, me relajo, reflexiono, salgo de la casa, esto hace que no me sienta ahogada, no lo hago por plata, o sino haría otra cosa, lo hago porque se hacerlo bien y me gusta.

Han pasado unos minutos, y Lorena ya ha pulido varias fuentes, el pulir es emparejar, suavizar y redondear los contornos de la fuente, su único instrumento para hacer esto es una piedra lisa que recogió de el camino y sus manos, así de simple, es lo que llamamos transformación de la naturaleza, usando solo elementos de esta y por medio del esfuerzo físico y psíquico se logra llegar al resultado deseado, mediado también por el perfeccionamiento del trabajo que se ha logrado a través de la experiencia y las constantes ganas y motivación por conseguir el mejor acabado.

Hablando y hablando pregunto por su relación con los demás artesanos de Pomaire y nos cuenta que hay una agrupación pero que ella con sus hermanos no están involucrados, hay mucha competencia y sobre todo con las personas que se han atrevido a vender artículos que no tienen que ver con lo que respecta a la greda, como chalecos, joyas, trabajos en otros materiales que no son los que hacen característico a este lugar, según Lorena no le hace bien a Pomaire que se vendan productos distintos porque de a poco se pierde la asociación que las personas hacen de un producto determinado (artesanías en greda) con esta zona, a su vez también nos habla de algunas personas que les intentan comprar a ellos el producto listo y se instalan en los locales que están ala entrada del pueblo para venderlos, actitud que no es bien vista por ellos, así es que se niegan rotundamente cada vez que intentan adquirir alguna artesanía hecha por ellos, lo ven como algo poco ético, poco solidario y enfocado solo en la ganancia personal y no en la ganancia de la actividad artesanal en general.

Ya habiendo hablado de su trabajo, empezamos a conocer a su familia. Lorena esta casada, su marido es camionero y tiene tres hijos, la mayor ya salio del colegio y tiene un hija pero aun vive con sus padres, su segundo hijo esta en cuarto medio y piensa seguir estudiando, al igual que su hija menor la cual se encuentra en octavo básico. A pesar de que a ella le gusta su trabajo y le ha bastado para mantener a su familia junto a su marido, prefiere que se dediquen a otra actividad, que se desarrollen en otros ámbitos y que puedan acceder a quizás lo único que no le ha podido dar este trabajo, que es la casa propia, les ha inculcado a sus hijos que se incorporen a actividades más tradicionales, que les permitan cumplir con los objetivos que ella no pudo cumplir con ellos en el aspecto económico, no han pasado premuras nos dice, pero tampoco se dan lujos, no tienen grandes vacaciones, pero son felices con lo que tienen y ella a priorizado eso, si bien lo económico es importante, ella siente que a través de su trabajo, por muy sacrificado que sea, le ha permitido desarrollarse, incorporarse y validarse dentro de su comunidad como una persona que se ha integrado a ella, que ha encontrado equilibrio entre el esfuerzo físico que significa su trabajo y la recompensa que le da este, sentirse como un individuo que aunque realiza la labor de muchos otros, tiene características únicas con que aportar a esta labor, y lo acentúa al decirnos que sus pailas son completamente diferentes a las que hacen otros artesanos, en base a creatividad que ha ido desarrollando a través de los años.

Para ella el diferenciarse, el darle un cariz único a lo que hace es su aporte, buscar maneras distintas de hacer algo que podría hacer de la misma manera que los demás, eso crea satisfacción permanente en la actividad realizada, al cumplir los objetivos que se plantean en la forma de realizar su labor. Podríamos catalogar, después de escuchar el valioso testimonio de Lorena, como un ser que se auto-actualiza por medio de su trabajo, que se desarrolla y crece a través de el, que tiene necesidades que hacen crecer su motivación por su trabajo.

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